Mezcla todos los ingredientes liquidos y luego incorpora poco a poco la harina ya tamizada. Lo ideal es mezclar con las manos hasta que la masa este homogénea.
Separa un poco de masa y dale forma redonda los buñuelos.
En una olla profunda, calentamos suficiente aceite a 300°F (o 150°C) para freir los buñuelos.
Vigila la temperatura del aciete, ya que lo ideal es que los buñuelos se doren antes de quemarse.
Retira los buñuelos sobre papel absorbente para eliminar exceso de aceite y cubrelos con azúcar.